martes, 8 de junio de 2010

Bajo las tinieblas de una noche de luna llena


Bajo las tinieblas de una noche de luna llena

un cuervo se encuentra postrado en la lapida de un alma vieja….

su corta vida se ha convertido en noches eternas esperando que algún día logre despertar a su eterno acompañante de estas noches propias de soledad.

Ha intentado dejar el cautiverio eterno de este cementerio perdido, pero a lo lejos logra aun escuchar las plegarias del alma vieja, deseoso de algún día volver a despertar

El cuervo esta herido sus alas ya no pueden emprender un vuelo que hace tantos siglos logro, sus alas con el tiempo se han podrido, por tantas heridas aun sin curar mas sin embargo su fuerza de algún día volver a volar lo han cambiado

Una noche sin luna un extraño joven apareció en el cementerio, en busca de una lapida de un ser que hacia años no frecuentaba, mas el silencio de este frio y oscuro lugar le produjo una gran sensación terrorífica y a las vez deprimente

Tras silencios soplo un viento con un sentimiento de soledad y tristeza, y al sentir el esto, su mirada se fijo en una lapida con un cuervo postrado…

El cuervo tal parecía que fuese el custodio de esa lapida silenciosa y deprimente cautivado por el ave que no podía volar, se le acerco y al tocarlo lo sintió tan frio, como si este hubiese pasado siglos muerto, en busca de una cura para sus indefensas alas, en busca de calor, ese calor que lo pudiese mantener vivo.

El joven al acercarlo a su pecho el cuervo sintió su corazón palpitar comenzó a sentir un sentimiento de calor, que envolvió por completo su pequeño ser, algo dentro de el comenzaba a vivir

El joven le lanzo una mirada de ternura al ave indefenso y el ave al sentirla, clavo su mirada vacía en la lapida del alma viejala miro con una profunda tristeza, que tal parecía que el mundo entero estuviese invadido sobre este sentimiento tan vacio

Esa noche la luna fue testigo del llanto de los ángeles del cementerio la lluvia derramo sangre por la soledad y la tristeza que invadía al solitario cuervo, como si esta estuviese acompañando al ave en su dolor…

El cuervo miro al joven profundamente y sin decir nada, tan solo el silencio se escuchaba hablar en esa triste noche, viento soplaba como implorando ser acariciado por unas voces que jamás se volverían a escuchar

El silencio, la lluvia y el viento hablaron por el cuervo diciéndole al joven no más que un simple “gracias”…

El ave jamás podría haberse ido con el joven protector no pertenecía a ese lugar tal parecía que su vida eterna estaba a lado de la lapida, y sin importar que algún día este también moriría, decidió esperar su momento con el dolor de sus alas y con la tristeza en su corazón pero a lado de su eterna compañía, del único ser que jamás lo lastimaría porque su corazón ahora estaba sin vida

El cuervo a pesar de los siglos siguió postrado en aquella lapida vieja, esperando que algún día sus heridas pudieran ser curadas; pero aun sin llegar ese día, siguió siendo el cuervo en el cementerio, el custodio eterno

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