martes, 8 de junio de 2010

Bajo la luna del vampiro


Las estrellas brillaban en el cielo mientras Erika las contemplaba en la puerta de la casa. -Que hermosas son, ¿verdad?-. La voz sobresaltó a Erika. -Dime que está pasando… cuéntamelo todo… por favor… Jared…- pronunció estas palabras mientras su mirada perdida, seguía con las estrellas. El miedo inundaba cada rincón de la joven. -¿Crees en la magia?- dijo Jared. -Eso que importa…-. -Importa más de lo que tú te crees…-. Erika miró por fin a Jared y dejó a un lado las estrellas. Cuando lo hizo no pudo reprimir un grito ahogado. Jared tenía la boca cubierta de sangre. -¿De verdad quieres saber la verdad?-. -Por… supuesto…- dijo la joven. -Yo querida joven, soy un vampiro- hizo una pausa antes de continuar- y todavía no se tu nombre- sonrió con una hermosa sonrisa. -Me llamo Erika-. -Vaya… no creí que tuvieras esa reacción… por lo general la gente suele gritar y correr…- -Estoy cansada- cortó a Jared- simplemente quiero saber que está pasando, aunque saber la verdad me duela…- una lágrima comenzó a asomar del ojo derecho de la joven. -Me gustaría no ser yo quien tuviera que contarte la verdad, porque no sabes cuan dolorosa es-. El joven esperó alguna respuesta, pero solo obtuvo silencio. -Supongo que debo empezar por el principio… ¿sabes lo que es un súcubo?-. -Nunca lo había oído…- la joven se había sentado en el suelo, cansada. Antes de continuar con las explicaciones, Jared se sentó a su lado. -Bien, mi joven Erika, un súcubo, por así decirlo, es un demonio con forma de mujer. Poseen enormes alas escamosas y cola, pero a pesar de todo, de una belleza sobrenatural. Para una primera explicación no está mal, aunque estos hermosos seres implican muchas cosas más-. - ¿Porqué me estas contando todo esto? El vampiro miró a la humana con ternura. -El destino es cruel… Mi amo, soberano de un gran clan de vampiros, posee un gran número de súcubos solo para su deleite. Él me pidió buscar a una joven, a una hermosa joven y que la enseñara… la enseñara a comportarse, a ser una verdadera dama, que supiera ser una verdadera súcubo… para unirse a su colección- el vampiro rodeó con el brazo a Erika- y tú Erika, eres esa nueva súcubo…-.

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